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Castillo de Bentomiz

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Castillo de Bentomiz

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Es uno de los castillos más grandes de la provincia. Al parecer, podría tener su origen en la fortificación romana, pero la arquitectura llegada hasta nosotros presenta una indudable adscripción a las construcciones musulmanas de la España Medieval. 

Su estratégica situacion permitía controlar una amplia zona de la Axarquía hasta el mar, ubicación de donde procedería el topónimo Bentomiz. Durante mucho tiempo se relacionaba con los topónimos cercanos de procedencia árabe con el sufijo ben-, que indicaba un origen clánico o tribus familiares, pero otras interpretaciones, más recientes, encuentran el origen en el vocablo latino montemar, alusivo a la cumbre desde la que se divisa el mar, que como en otros lugares de fuerte romanización sería conservado por los musulmanes, derivando posteriormente a Bentomiz.

Jugó un papel importante en el s. IX durante la revuelta de Ibn Hafsun contra el estado cordobés y también en siglos sucesivos. Está constituido por dos grandes espacios: la ciudadela, ocupando la zona más elevada en la parte norte, y otro recinto de mayores dimensiones para albergar a la población y al ganado en momentos de peligro.

 

Desde la época Califal hasta la revuelta morisca de 1570.

El Castillo de Bentomiz tipológicamente puede compararse con las fortalezas de Montemayor, Archidona y Zaila, debido al doble recinto y su asentamiento topográfico de trazado irregular, aunque Bentomiz se diferencia en técnicas y materiales. Existe cierta semejanza entre el aljibe de Bentomiz y el que se encuentra en la Alhambra de Granada, debajo del Palacio de Carlos V. Se registran elementos arquitectónicos, técnicos y métodos de construcción propios de distintas fases de ocupación.

La utilización de mampostería en diferentes formas, como tapial, unido a la variedad de atributos que podemos encontrar aquí nos abre el arco cronológico, desde época califal hasta la revuelta morisca de 1570 en que permanece activo. La fortaleza ubicada en una meseta irregular de 709 metros de altitud encontramos uno de los castillos de la provincia dividido en dos amplios recintos, el primero de ellos más elevado protegido por gruesos muros que descansan sobre cubos generalmente cuadrados, uno hexagonal, y posee en su interior dos aljibes de una sola nave con bóveda de cañón. El segundo, de mayores dimensiones, bordea la meseta con un grueso muro reforzado por cubos, algunos de éstos conserva aún la merlatura. Alberga también dos grandes aljibes que en su día tuvieron bóvedas de crucería. Cabe destacar la desaparición de grandes lienzos de muros en ambos recintos, algunos cubos y habitáculos interiores. Así mismo han desaparecido las estructuras de las entradas a la fortaleza, tanto la occidental como la oriental.

Bentomiz formaba un triángulo defensivo con los Castillos de Comares y Zalia. Las primeras noticias históricas son del siglo XI, recogidas en las memorias de Abd-Allah. Posteriormente, Ibn al-Jatib lo definirá como una de las principales fortalezas de la Kura de Rayya (Málaga). Todo parece indicar que Bentomiz jugó un papel importante en la revuelta de Umar ibn Hafsun contra el estado Omeya al ser ésta una región en la que existía una abundante población mozárabe. Años después, el mencionado rey de Granada, Abd-Allah nos recuerda la importancia militar de Bentomiz, pues en el 1082, cuando se dirigía a tomar Málaga y se encontraba en las inmediaciones de la ciudad tuvo que regresar, dado que Bentomiz podría cortarle las comunicaciones. Obligado a negociar con los habitantes del castillo, conocemos por sus memorias que una vez entregado demolió parte de las fortificaciones. La influencia de los africanos durante los siglos XII y XIV fue importante en esta zona de la Axarquía. Las guerras civiles que caracterizaron el final de la presencia islámica en España, convirtieron este castillo en una pieza clave en la estrategia de los bandos contendientes, así cuando los Reyes Católicos sitiaron Vélez-Málaga la toma de Bentomiz se hacía indispensable para mantener el asedio.

Finalizada la guerra de Granada, Bentomiz servirá para controlar una zona de abundante población morisca,  que demostrará su importancia militar cuando se produzca la rebelión de los moriscos de 1570. A partir de ésta fecha, comienza para el castillo un periodo de abandono que lo ha llevado al estado de ruina en el que se encuentra.

Referencias: Turismo - Diputacion de Málaga.

Leyenda de la toma del Castillo de Bentomiz.

Se cuenta, por tradición oral que viene por generaciones desde finales del siglo XV, que no habiendo suficientes tropas para expulsar a los moros del castillo, los cristianos urdieron una novelesca estrategia para conseguirlo, y contando con la complicidad de la noche le ataron a las cabras y a las ovejas un candil, simulando un gran ejêrcito. Cuando los desconfiados defensores del castillo vieron venir tan ingente y relumbrante ejêrcito, agigantado con toda suerte de ruidos, consideraron su ventura perdida y optaron por huir, abandonando el castillo en manos cristianas.

La leyenda continúa y narra que con los tesoros encontrados en la fortaleza, se procedió a la fundición de tan preciosos metales para la realización de una campana. Pero, cuando hacia 1.570 los tiempos se tornaron adversos con las revueltas de los moriscos que hicieron tambalear la paz de estos pagos, se decidió enterrar la campana en el recinto de la fortaleza a modo de prevención o protección. El lugar y la forma fueron tan minuciosamente guardados que nunca más se ha vuelto a encontrar. Semejante tesoro desbordó la imaginación de muchos vecinos y se dice que aún hay quien da vueltas con pico y pala, por si les suena el badajo.

Referencias: Cuentos y Leyendas de Arenas - Diputación de Málaga.